Lobos, sangre… y tres cariñitos
Nunca he entendido demasiado bien la necesidad que algunos tienen de despotricar en público contra aquello que no les gusta, sobre todo cuando se convierte en una actitud recurrente o, peor aún, en un modo de vida. Cuando algo no me gusta —y hay muchas cosas que no me gustan, también entre lo que leo—, […]