El ángel oculto
Edición original, 1999 Ilustración de Javier Martín Arrillaga |
Edición bolsillo, 2004 |
El resumen del editor
Impulsado por una serie de acontecimientos que él interpreta como señales -la muerte de su perro, la infidelidad de su mujer, un hombre vendiendo pañuelos en un semáforo, un sueño- el protagonista de esta novela decide dejarlo todo e irse a Nueva York, con el vago designio de iniciar algunos estudios o, simplemente, a esperar algo que haga cambiar su vida. El hallazgo casual de un libro escrito por Manuel Dalmau, un español emigrado a Estados Unidos a principios de los años veinte, le proporciona el primer indicio de cuál era la verdadera finalidad de su viaje. Sus tentativas por localizar al autor le llevarán a conocer a una mujer que le fascina, pero también le involucrarán en una trama de amenazas y misterios. Cuando por fin conozca a Dalmau y las razones que le impulsaron a abandonar España, su destino se verá inexorablemente ligado al del anciano, en un viaje interior que le hará comprender los poderosos vínculos que nos unen a los nuestros y a la tierra que nos vio nacer. |
Un apunte del autor
Esta novela fue escrita entre marzo de 1996 y febrero de 1997. El 6 de enero de este último año, cuando La flaqueza del bolchevique resultó finalista del premio Nadal, estaba en la recta final de su escritura, y recuerdo como uno de los mayores esfuerzos de concentración de mi vida el haber seguido con ella, hasta acabarla, a despecho de todo el jaleo exterior. El libro reúne en una sola historia una variedad de elementos, algunos peligrosos: la fascinación por esa ciudad disparatada que es Nueva York, la nostalgia de la patria en los exiliados, la perplejidad del viajero. Es un híbrido entre el relato de viajes y el de intriga, con toques de reflexión existencial. Quizá esa heterogeneidad la ha conducido a ser una de las menos exitosas de mis novelas. Siempre que pienso en ella me resulta irremediable sentir que no ha tenido demasiada suerte. ¿Inmerecidamente? |
La cal de la crítica...
"Su lucidez y su hondura psicológica sólo son comparables a la transparencia de su prosa. Pues nada sobra, y todo es medido en coherencia con un texto iniciático y en apariencia lineal. Es reconfortante leer una novela de altura moral y carga existencial, sin que ésta venga revestida por pretenciosidades de todo cuento…" Andrés Sánchez Magro, Reseña. |
...y la arena
"...una narración poco reposada que prefiere lo extenso a lo intenso. A todo esto cabría añadir, además, el tono de impresionismo turístico que empaña el relato de la sociedad americana y un estilo alambicadamente notarial que con frecuencia, como diría el Mairena de Antonio Machado, recurre a escribir los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa para decir lo que pasa en la calle". Javier Rodríguez-Marcos, Qué leer |
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