La niebla y la doncella

 

   
     

Edición original, noviembre 2002

 

Edición Círculo Lectores, 2003

   

Edición de bolsillo, 2004



Reedición bolsillo, 2011 

 

El resumen del editor

El sargento Bevilacqua y su compañera la cabo Chamorro, atípicos investigadores criminales de la Guardia civil, reciben un incómodo encargo. El asunto que les toca en suerte es un asesinato ocurrido dos años atrás en la isla canaria de La Gomera; el muerto, un joven de vida desordenada y carácter atolondrado. Por el crimen, en su día, se juzgó y absolvió a un político local cuya hija adolescente andaba en relaciones con la víctima. El caso ha estado en la vía muerta durante meses, pero las altas conexiones de la madre del chico han forzado a reabrirlo. Chamorro y Bevilacqua se encuentran con un crimen antiguo y muy pocas pistas para resolverlo. Tras desplazarse a la isla, la cabo y el sargento, con la colaboración no siempre entusiasta de los guardias que en su día cerraron el caso en falso, se sumergen en la búsqueda de un asesino que parece haberse desvanecido en la niebla del bosque donde apareció el cadáver.

Lorenzo Silva nos ofrece en La niebla y la doncella la entrega más trepidante y ambiciosa de las andanzas del sargento Bevilacqua.

Un apunte del autor

Era todo un reto volver a escribir una historia con esta pareja de investigadores, después del éxito (bastante espectacular e inesperado, para mí) de El alquimista impaciente, un libro que llegó a más de 200.000 lectores y, a través de la adaptación cinematográfica que hiciera Patricia Ferreira, a muchos millares de personas más. Ser consciente de que con Chamorro y Bevilacqua podía haber inventado una fórmula de éxito me hizo ser muy cauto: tardé tres años en volver a ellos, y no lo hice hasta que no estuve más o menos convencido de tener entre las manos una novela que, lejos de limitarse a repetir los hallazgos de alguna de las anteriores, me pareciera que podía ser la mejor, la más completa y valiosa de todas. Así lo intenté, entre finales de 2001 y el verano de 2002, y esto fue lo que salió. Una novela más extensa que las dos precedentes, donde se cala más a fondo en la pareja protagonista, y sobre todo en el sargento, que deja entrever alguna de sus zonas oscuras. Y una historia en la que los investigadores no pueden mantener siempre la frialdad y la distancia profesional, porque se ven personalmente implicados en los acontecimientos como nunca se habían visto antes. Por lo demás, intenta la novela ser de nuevo un reflejo literario de la España actual, y los personajes, dos representantes de esa gente que se levanta cada mañana para hacer su trabajo, con alguna conciencia del deber, algún deseo de ayudar a los demás y el prurito de cumplir decentemente con su cometido. Aunque no les paguen mucho, aunque sirvan a un sistema de justicia imperfecto, y aunque no hubieran soñado de pequeños estar donde están. Un hombre y una mujer honrados y pundonorosos, que fallan como tú y como yo, pero que como tú y como yo intentan mantener la dignidad. Nada más. Nada menos.

La cal de la crítica...

"La mejor cualidad de Lorenzo Silva es narrar con tal naturalidad y tan excelente precisión que sus novelas parecen nacidas de la sencillez, pero cualquier experto en el género sabe que lograr esa naturalidad es lo más difícil y exige talento y esfuerzo. El juego es que todo case para que la intriga no desmaye. Y aquí se consigue. Lorenzo Silva da un paso adelante respecto a entregas anteriores. En La niebla y la doncella  los lectores hemos obtenido dos ganancias: un mayor cuidado en la extensión del escenario del conflicto y un adensamiento reflexivo en los matices de las relaciones psicológicas. (...) Lo inteligente es que Lorenzo Silva no haya convertido esos contextos sociales recientes en meros escenarios, sino que los ha metido de lleno en la propia identidad del Benemérito Cuerpo, afectado medularmente por desafíos de nueva y gran envergadura. Ya no se trata de la Guardia Civil de caminos rurales en pueblos perdidos con crímenes pasionales o simples robos. Tampoco se trata ya de un Cuerpo simplemente compacto y sin fisuras ideológicas, morales y de todo tipo. Ha cambiado el tejido social, los  problemas a los que se enfrentan, y ha cambiado con ellos, felizmente, también su imagen, y la procedencia misma de sus hombres y sus mujeres(...). Lorenzo Silva sabe cuándo en una novela es mejor decir menos que decir demasiado, y es en el terreno de las relaciones entre los personajes, excelentes casi todos, donde logra un sabio manejo de las elisiones, las sugerencias y los silencios."

José M. Pozuelo Yvancos, Blanco y Negro Cultural

...y la arena

 

Por ahora, no tengo malas críticas de este libro. Apunto esta reflexión algo ambigua:

"Si Lorenzo Silva continúa profundizando en la caracterización de personajes de tal modo que logre contrarrestar y anular la índole inevitablemente tópica que algunos poseen por su propia naturaleza (el investigador solitario, el ayudante, el jefe, el equívoco sospechoso, etc.), sus novelas de misterio, con el sargento Bevilacqua y la cabo Chamorro como investigadores, no tendrán nada que envidiar a otras creaciones de mayor empeño. Es un escritor facultado para narrar, para seleccionar lo esencial y dosificar las acciones (el tempo interior de sus relatos suele ser impecable), e incluso cabría decir, aunque parezca una afirmación caprichosa, que la facilidad narrativa puede ser su peor enemigo."

Ricardo Senabre, El Cultural

 Críticas en el extranjero

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Un texto significativo

Por quién es el autor, el prestigioso profesor y crítico Santos Sanz Villanueva. Apareció publicado en elmundolibro (si quieres ir allí, pincha aquí), y bueno, por recoger alguna vez una ración extra de cal, espero que no se me juzgue severamente...

 

LA TRAMA Y SUS PROTAGONISTAS

"A veces, comentaba aquí el otro día, la novela criminal toma una deriva muy interesante. Lo que nos arrastra no es la liturgia del crimen, la investigación y el desenlace. Y en ciertos casos, al final, los investigadores, personajes funcionales de la trama, roban el corazón de la novela. Como en las novelas de Lorenzo Silva protagonizadas por Bevilacqua y Chamorro.

Antes que todo ello ponemos el contenido de pensamiento y reflexión al que algunos autores son aficionados. Y en ciertos casos, al final, los investigadores, personajes funcionales de la trama, roban el corazón de la novela.

Entendámonos: no se trata de una heterodoxia radical, ni de una transgresión revolucionaria, ni de una manipulación espuria del género. Una novela criminal (o negra, o policiaca, o como se la quiera llamar) tiene que hacer primero honor al adjetivo, y luego intentar todo lo demás que se ambicione. Lo notable es que conservando esa condición originaria, añada un punto de singularidad que la encamine por otro sendero, distinto, pero no distante, parafraseando a aquel pobre político nuestro que se lavó las manos con está fórmula en apurada ocasión.

Enmendar la plana

Lo anotaba el otro día: Petra Delicado y Fermín Garzón, las criaturas de tinta de Alicia Giménez Bartlett, nos interesan más cada nueva salida por su peripecia personal que por lo que hagan en su oficio. Lo mismo digo hoy de Bevilacqua y Chamorro, el jefe y su ayudante, la pareja de guardias civiles a los que Lorenzo Silva está construyendo una completa biografía. En sus últimas andanzas, referidas en 'La niebla y la doncella' (Editorial Destino), viajan a las Canarias. Allí tienen que enmendar la plana a sus propios compañeros de cuerpo, que no supieron esclarecer un crimen por el cual fue juzgado y absuelto un político local.

Lorenzo Silva juega, y a tope, todos los materiales de la novela policiaca tradicional. El crimen es oscuro, y al primer asesinato se añade otro incitado por el propio curso de la investigación. Las averiguaciones siguen sus pasos debidos, con la inteligencia y prudencia propias de estos dos policías. Los guardias comen y beben y hacen el amor. Opinan de la vida. El entorno del delito permite una carga social: especulación inmobiliaria, pobreza y marginalidad, tráfico de droga... Y en la trama hay una sorpresa de primer calibre, inesperada, de muy buena ley, que explica todo sin fallos, sin esas dudas que tantas veces dejan abierto en el lector un portillo a la desconfianza...

Interés y ritmo

Esa peripecia tiene un subido interés, está bien construida, y a un ritmo bueno, con algunas pausas como relajos en la tensión de la historia y para encalmar las excesivas ganas de avanzar de un lector impaciente. Todo bien, pero en cierta medida oscurecido por la deriva que va dando Silva a sus personajes, a sus guardias, que ya nos interesan más ellos que lo que se traen entre manos.

El sargento Bevilacqua tiende a monopolizar el relato, pero sin clara desventaja para su subordinada, la cabo Chamorro. Cada uno arrastra en el presente sus historias, el peso de sus biografías, que no interfieren, pero sí influyen en su trabajo. Chamorro anda en tratos sentimentales con un chuleta. Bevilacqua no olvida una relación de pareja fracasada y se entrega ahora a una aventura que puede ser algo más y resulta bastante menos. La persona se impone al código que ha jurado, pero sin estridencias. Todo normal, normalísimo. Verdadero: la literatura tiene que ser verdadera, aunque cuente mentiras.

Un aroma de melancolía

La novela deja ese sabor agrio común a los relatos criminales. Pero también, e incluso más, un aroma de melancolía, una tristeza por el fracaso de los empeños personales, por cómo los ideales se adaptan al prosaísmo de la vida común, porque un sano escepticismo parece la única aspiración sensata. Y cómo el tiempo es el gran torcedor de todas las existencias. Esto es lo mejor, entre tantas cosas buenas y bien contadas, de la novela: la vivencia del tiempo. También pasa para Bevilacqua y Chamorro. Sobre todo para el sargento. Así la pareja, cada uno por su lado, entra en nuestras vidas como esos conocidos, o amigos, a quienes vemos de qué modo se van haciendo mayores... más por dentro que por fuera."

SANTOS SANZ VILLANUEVA, elmundolibro, marzo 2003

En italiano


Ésta que aquí se ve es la portada de la traducción italiana La niebla y la doncella (la primera extranjera de este libro, dicho sea de paso). Si quieres saber algo más sobre esta edición, pincha en el libro.

 

En francés


Ésta que aquí se ve es la portada de la traducción francesa de La niebla y la doncella . Si quieres saber algo más sobre esta edición, pincha en el libro.

 

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