Vaya por delante: me considero amigo del coronel Sánchez Corbí, con el que he tenido la ocasión de colaborar —y de paso comprobar su pundonor, su generosidad, su lealtad, su rigor y su honradez— en la escritura de una memoria necesaria y dolorosa, la del desafío que los asesinos de ETA, arropados por sus palmeros y taimados consentidores, plantearon al Estado y a la ciudadanía española, con el resultado conocido de la derrota y disolución de los matones gracias a la fortaleza de la España democrática y a sus recursos para defenderse, entre los que ocupa un lugar medular la Guardia Civil en la que él sirve.
Con esta confesión preliminar, aplíquese a mi opinión el coeficiente reductor que cada cual considere oportuno, pero no por ser su amigo me veo privado del derecho a opinar ni lo que diga ha de carecer por completo de valor. Júzguelo el lector.
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Desdel que ne enteré de la destitución del coronel Sánchez sabía que ibas a dar tu opinión , a la que tienes todo el derecho del mundo.
Esta lectora sabe que además de ser amigos de tus amigos, ante todo eres honrado y no dirías nada de lo que no estuvieras plenamente convencido.
La frase » Más vale halagar al que manda que cumplir el deber » es demoledora .
Lo que también es increíble es que esa decisión la tome un ministro que tenía todas mis simpatías .
Así es, nunca escribo nada de lo que no esté convencido.