Blog

15 mayo, 2019

Imperativo legal @elespanolcom

 

 

Lo que estamos aprendiendo, todos en general y algunos en particular, gracias al juicio del procés. El momento estelar de la última semana vino de la mano de uno de esos hipercívicos y muy compungidos independentistas convocados como testigos por las defensas, que antes de responder a las preguntas de una de las partes personadas en el proceso creyó necesario aclarar que lo hacía «por imperativo legal».

El magistrado Marchena, a cuyas dotes pedagógicas nunca estaremos lo bastante agradecidos, no dejó pasar la ocasión de impartir una oportunísima enseñanza, al deponente y a cuantos lo estuvieran viendo o lo vayan a ver en el futuro en YouTube. Le hizo notar que todo lo que acontecía en la sala —que no por casualidad deja ver la palabra LEX en lugar bien destacado— era por imperativo de la ley. Es ella la que dice no sólo a quién debe responder el testigo en su calidad de tal, y cómo debe hacerlo, sino cómo deben actuar todas las personas presentes en la sala; abogados, fiscales y jueces incluidos.

Marchena es un caballero y un funcionario escrupuloso y ni siquiera se permitió insinuarlo, pero más de uno pudo entender que, de no ser por el imperativo legal derivado de las normas que amparan el derecho de defensa, nadie se sometería a la matraca extenuante de una ristra de comparecientes empeñados, todos ellos, en hacer pasar por inofensivo pícnic la celebración de una consulta ilegal y conducente a subvertir el orden constitucional, como en efecto se acabó verificando mediante una declaración unilateral de independencia seguida de la fuga del cabecilla del movimiento. Esa es, justamente, la superioridad del Estado de derecho sobre el aventurerismo mesiánico: que quienes tienen la obligación de administrarlo se someten a lo que la ley ordena sin rechistar por el fastidio o la penuria que hacerlo les suponga, y con ello garantizan las libertades y los derechos de los demás.

Seguir leyendo en elespanol.com

Actualidad, Artículos de opinión, El Español
About Lorenzo Silva
2 Comentarios
  1. El sábado añoré tomarme el café junto a mi lectura semanal sobre el » procés» pero este artículo lo compensa.
    Ayer el Magistrado estuvo soberbio cortando a la filósofa » que alucinaba» y el letrado que quería declarar en catalán y terminó dejando la documentación en la mesa como un corderito.
    O tengo más principios o soy una inconsciente, pero si monto un numerito así llegó hasta el final y asumo las consecuencias de mis actos .
    Felicidades por los premios y bienvenida a Manuela
    Un saludo

Deja una Respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *