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18 marzo, 2018

Mientras afuera el ruido (vidas.zip en @elmundoes 18-2-18)

Hay un lugar en el que sucede lo que importa y demasiados lugares donde no sucede nada que valga la pena contar. En ese lugar donde sucede lo que importa están cara a cara un hombre y una mujer. Junto a ellos, unos pocos testigos: el abogado de la mujer, algún compañero del hombre. En los lugares donde no sucede nada que valga la pena contar hay una multitud: legiones de opinadores a bote pronto, hordas de linchadores sin contemplaciones, miríadas de mirones desocupados. Son ellos, aunque lo que hacen y dicen no tenga ninguna relevancia, los que acaparan el relato de los acontecimientos. Son ellos los que llenan, hasta la saciedad, el vacío ingente de tantas horas de programación, tantos interminables minutos de ocio o tedio, el discurrir continuo de esos timelines estériles a que poco a poco se va reduciendo la existencia de los humanos del siglo XXI.

Poco o ningún espacio queda para contar la verdadera historia, la que se desarrolla en esa habitación en la que una mujer se obstina en callar un crimen abominable y un hombre trata de persuadirla de que lo confiese. Mientras gentes que no pintan nada, que no sufren nada, que no conocen nada, bracean y pugnan grotescamente por erigirse en protagonistas postizos de la tragedia, rasgándose las vestiduras, afectando indignación y hasta arremetiendo las unas contra las otras, en esa habitación que nadie ve y nadie cuenta se ventila en todo su dramatismo el meollo del asunto. Es una escena sencilla, sin alharacas: el que busca y la que oculta, la mentira y el silencio contra la verdad que salva y a la vez condena. Dos seres humanos frente a frente, sin resquicio alguno para frivolidad: todo entre ellos es crucial, determinante. No hay margen para la intrascendencia.

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2 Comentarios
  1. José Pedro Yepes García 19 marzo, 2018 a las 3:28 pm Responder

    Excelente Lorenzo, un retrato crudo y real pero a la vez necesario. La verdad a veces duele.
    Un abrazo

  2. Coincidimos en lo que importante que es ese trabajo, ¿oscuro? del profesional con pundonor es lo verdaderamente importante y que no «oimos» porque el ruido de afuera no nos deja. Tampoco se preocupa la gente de hacerlos callar, de ignorarlos, de obviarlos, de demostrar lque hay profesionales detrás de esto y no pararan hasta encontrar al culpable. Esas son las historias que los tiene que hacer callar a las gordas y no otras quise por lo menos a mi no me interesan. Ese trabajo ingrato, que espero que por lo menos y gracias a estos artículos (Diana Quer) se den cuenta que al menos algunos estamos y estaremos agradecidos de que siempre esten alli, mientras afuera el ruido continua. Que mucho me temo que ese ruido tardará mucho en desparecer.

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