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23 abril, 2021

Castilla, entera y comunera

No es el de hoy un aniversario cualquiera. Este 23 de abril se cumplen quinientos años de la batalla de Villalar, aquella derrota en la que desembocó la revuelta comunera y que abatió a Castilla en beneficio de un ambicioso emperador. Llevo varios años dando vueltas a esa historia y recorriendo al hilo de ella algunos rincones de esa tierra tan maltratada y postergada, tan desdeñada y vilipendiada y a la vez tan bella y sugestiva.

Hoy, además de conmemorar el aniversario, me toca dar una noticia, pero antes no me resisto a compartir aquí una muestra de esa belleza, recogida al paso en los últimos años y hasta ayer mismo.

Ruinas de la capilla del monasterio de San Pedro de Arlanza, Burgos
Ermita de Nuestra Señora del Torreón, Padilla de Abajo, Burgos.
Ruinas de la iglesia de Santa María, Padilla de Arriba, Burgos
Monumento a Juan Bravo, Segovia
Dársena del Canal de Castilla, Medina de Rioseco, Valladolid
Castillo de Torrelobatón, Valladolid
El río Hornija a su paso por Vega de Valdetronco, Valladolid
Paisaje mesetario entre Torrelobatón y Vega de Valdetronco
Plaza de Villalar de los Comuneros, Valladolid
Vista del Duero a su paso por Tordesillas, Valladolid

Son sólo algunas de las estampas que fui acopiando, y cuyo significado en relación con la historia de Castilla y de la revuelta que condujo a aquella jornada de Villalar no se les escapará a quienes la conozcan. Otros lugares relacionados con el objeto de mi investigación los tenía muy cerca de casa, y fui a mirarlos a la luz de la gesta comunera.

Castillo de Torrejón de Velasco, Madrid
Monumento a Juan de Padilla, Toledo
Olivar en Casarrubuelos, Madrid, en la raya con Illescas, Toledo

En estos años, además, he tenido ocasión de recorrer otros muchos lugares de Castilla, que no tienen relación con la historia de los comuneros pero me han servido para levantar acta de su gozosa y sorprendente diversidad. Castilla no sólo es el secarral y el páramo que quiere el tópico. Buen ejemplo es la provincia de Soria, de la que ahí van un par de muestras.

Valle del río Cidacos, cerca de Yanguas, Soria
Fuentona de Muriel, Muriel de la Fuente, Soria

Dicen que el paraje de la última imagen le inspiró a Bécquer el escenario de su leyenda Los ojos verdes. Tanto si sois becquerianos como si no, merece la pena la excursión. No voy a poner más fotos, pero Castilla es mucho más.

Y ahora, la noticia. El 5 de mayo llega por fin a las librerías el libro que ha salido de estos años de indagación en pos de los comuneros. Me habría gustado que estuviera para este 23 de abril, pero tampoco va a retrasarse tanto respecto del centenario. Aquí tenéis la cubierta.

Si lo leéis, descubriréis el significado que tienen esos hombres con lanza sobre el horizonte rojo. El color del pendón comunero y de la amapola solitaria en el trigal que lo simboliza en la foto que abre esta entrada. Aquí tenéis, si despierta vuestra curiosidad, lo que el editor cuenta del libro.

Ruinas del monasterio de la Mejorada, Olmedo, Valladolid

La última imagen muestra el lugar donde muy probablemente reposan, sin identificar, los huesos del más famoso capitán comunero, Juan de Padilla. Esa desconsideración hacia sus restos no empaña la dignidad ni el coraje de su sacrificio, que todavía hoy resulta emocionante e inspirador.

Hay derrotas que no suponen el final, sino el principio. En este caso, del viaje infinito de la literatura.

Actualidad
About Lorenzo Silva
13 Comentarios
  1. Muchísimas ganas de tener en mis manos y poder disfrutar de tu trabajo.
    A buen seguro que te has dejado el alma para escribir con ALMA esta historia que nos regalas.
    Deseando poder oírte de nuevo en Pucela.
    Un saludo.

  2. Desde el centro de Castilla, muchas gracias.

    Tampoco nos perderemos esta nueva obra.
    M. Mèndez

  3. Decía Jesús de Nazareth «no tengáis miedo a los que matan el cuerpo sino el alma». Estoy deseando leer el libro para saber si por desgracia se llevaron también el alma de Castilla, espíritu de los Comuneros.

  4. Hoy me he enterado de que publicabas este libro, y lo primero que he pensado ¡vaya! de los griegos a los comuneros. Seguro que encuentro cosas en común entre ellos, sin ir más lejos esta también es la historia de una derrota. Deseando leerla porque la escribes tú y por lo cerca que estoy de los escenarios de esta historia.

  5. fidel cordero ampuero 6 junio, 2021 a las 5:15 pm Responder

    Analizada la aportación de Lorenzo Silva con su libro el Castellano, creo que el resultado es muy recomendable, tanto por la explicación que hace de la revolución comunera, como por sus reflexiones sobre la identidad castellana. Sin embargo, creo que se queda estancado en su pensamiento sobre el regionalismo, nacionalismo, colonialismo e internacionalismo. Tanto históricamente como actualmente. Porque se suma -en tres ocasiones al menos- a esa perspectiva regionalista que echa la culpa de todos los males de Castilla a un centralismo que la ha devorado, como es cierto, pero sin ser capaz de darse cuenta que ha sido la misma oligarquía castellana la que ha fomentado ese centralismo. Con la ayuda inestimable de los caciques locales, y su tan querida y apreciada Guardia Civil. Y que aún cuando han visto el desastre, hace ya siglo y medio largo, en vez de ponerse enfrente de ese proyecto imperial que ha devorado nuestra nación, han seguido estando -y siguen estando- entre los que apoyan su visión imperialista, orgullosa de la extensión de nuestro idioma, poniendo a personajillos como Francisco Pizarro cómo ejemplo de espíritu combativo. Sin llegar a ver que precisamente ese proyecto imperial, descuidando la retaguardia, es lo que nos ha dejado una Castilla vaciada. Y sin ver tampoco que eso no es culpa de los catalanes, ni de ningún otro pueblo que haya sido capaz de atender más a su propia tierra. Qué es la clave del soberanismo: cuidar más lo propio, antes que lanzarse a aventuras imperiales bajo la bandera del españolismo centralista. Como madrileño igual que él, creo que es muy importante reivindicar el castellanismo de Madrid, pero siempre desde una perspectiva nacionalista cívica, soberanista. No echando la culpa a un centralismo al que por otra parte se alimenta con la visión expansionista de una España inevitablemente imperial. Sé que puede parecer un análisis demasiado sutil, pero en estos asuntos hay que hilar fino, o tenemos el peligro de construir un discurso contradictorio -como es siempre el discurso de la queja Regionalista-. Sentirnos abandonados por unos gobiernos y poderes centrales, a los que al mismo tiempo apoyamos con una visión españolista, que acaba echando la culpa de todo a los catalanes y otras naciones periféricas.

    • Gracias por la apreciación y el análisis. Nunca se es demasiado sutil, no tiene por qué excusarse por eso.

      Sí me gustaria invitarle a releer el texto y encontrar un solo lugar en el que el narrador utilice la palabra culpa para asignársela a algo o alguien. Traté de limitarme a describir hechos, y en algún caso a señalar causas verosímiles o simultaneidades elocuentes. No es mi afán culpar a nadie de nada, ni tampoco exonerar o enaltecer a nadie sobre el resto. Prefiero dejar que los hechos inviten a cada cual a hacer la valoración que juzgue pertinente.

      También me permito señalarle que la Guardia Civil nunca ha gobernado España, ni Castilla, sólo ha sido una eficaz herramienta del Estado que bien utilizada ha traído bienes por los que desde luego que merece aprecio (y eso no lo digo yo, sino liberales revolucionarios como Facundo Infante y Pascual Madoz o republicanos de izquierda como Azaña). Ayer, hoy y seguramente mañana. Ya lo verá si alguna vez (espero que no) se ve en apuros y la necesita.

      Tampoco sé si Pizarro es un personajillo, desde luego no me parece que el texto lo presente como alguien ejemplar (da cuenta cumplida de sus tropelías), pero espíritu combativo, permítame discrepar, tenía un rato.

      Le reitero mi agradecimiento, desde la discrepancia y ningún nacionalismo. Si lo percibe, me he debido de explicar muy mal o las varias cautelas que el texto contiene para impedir esa exégesis no me han funcionado con usted (por fortuna, sí con otros: https://elcultural.com/lorenzo-silva-en-busca-del-alma-de-castilla). Mi reivindicación de lo castellano es poética; a Castilla, como nación, la doy serenamente por perdida.

    • Y sin embargo, el discurso nacionalista es en esencia el mismo en todas partes, en Madrid, Barcelona, Bilbao o Valladolid (¿o debiera escribir Burgos?). Alusiones y reivindicación de un pasado glorioso que dejó de ser tal por culpa de algunos pérfidos y oscuros poderes que pocas veces terminan de concretarse (Madrid, Francia, Inglaterra, la leyenda negra). En fin, todo muy visto, pero parece que sigue siendo un discurso atractivo para muchos aunque no deja de ser una pobre forma de eludir la responsabilidad propia en los males que nos aquejan.

  6. Alberto Paradela Elizalde 8 enero, 2023 a las 8:14 pm Responder

    Antes de nada, agradecerle la publicación de su libro sobre los comuneros, que leí hace unos meses con «harto deleite y aprovechamiento», como decían los antiguos. Me comunico con usted por este medio, por desconocer otra manera de hacerlo. Quería hacerle llegar una historia curiosa sobre los comuneros que he leído en un librito que compré en la última feria del libro de Madrid. Se trata de un facsímil o reedición titulado «Curiosidades históricas de San Sebastián» por Serapio Mújica, y el facsímil es de la editorial Maxtor (www.maxtor.es). Evidentemente, el libro se centra en curiosidades, historias, costumbres y otros asuntos propios de San Sebastián y su provincia, Guipúzcoa. Por ello me sorprendió encontrar en dicho libro un capítulo, titulado «Las comunidades de Castilla y sus partidarios en esta provincia» (páginas 134-157 de la mencionada edición facsímil), donde se relata pormenorizadamente los conflictos que con motivo de la revuelta de los comuneros de Castilla tuvieron lugar en la provincia de Guipúzcoa entre aquellos pueblos y villas partidarios de los comuneros frente a los que permanecieron leales a la autoridad real. El conflicto fue serio, llegando a producirse enfrentamientos armados, saqueos, destrucción de bienes y recluta de milicias armadas por los dos bandos. Como guipuzcoano (aunque residente desde hace 3 décadas en Madrid) me sorprendió la intensidad con la que el conflicto se vivió en mi provincia natal. Espero que usted encuentre siquiera mínimamente interesante esta historia. Agradeciéndole nuevamente su trabajo, le saludo atentamente.

    • Así es, Alberto, las Comunidades tuvieron sus ecos fuera de la geografía castellana. Y Guipúzcoa era importante, además, por su industria armera. Por eso fue crucial para la causa imperial que esas revueltas se sofocaran. También Joseph pérez en su libro sobre las Comunidades habla del asunto. gracias por la lectura y un saludo cordial.

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