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16 marzo, 2020

Diario de la alarma – Día 1

Acaba el día, llega la tormenta.

15 de marzoLo mejor y lo peor

Se empieza  a cumplir el guión de las grandes ocasiones, que son, aunque a veces creamos tontamente otra cosa, aquellas que nos arriman al límite. Comienza, en suma, a asomar lo mejor y lo peor. Ambos fenómenos son útiles, para conocer y conocernos, aunque uno resulte más esperanzador y grato que el otro.

En el lado de lo peor, una pobre mujer fugada de la justicia ha decidido hacer una broma por Twitter  —ay, Twitter— con los doscientos muertos que hoy roza ya Madrid. «De Madrid al cielo», escribió, parafraseando un antiguo dicho de la Villa y Corte. Es como si alguien hubiera decidido reírse del 11M. Quizá alguien lo hizo, en algún agujero oscuro al que sólo puede llegar nuestra piedad. Que es todo lo que puede llegarle a esta pobre mujer, que ejerce como profesora en una universidad en Escocia, a los alumnos a los que su mala fortuna les depare que les imparta clases y al otro fugado de la justicia que retuiteó el mensaje infame desde Bélgica. No lo saben, pero la Historia ya los ha barrido como la rebaba de este tiempo que son.

En el lado de lo mejor, la gente que por fin ha entendido lo que tenemos encima, y se pliega a las dificultades y al confinamiento, y trata de ser disciplinada y protegerse y proteger a los demás, e incluso saca tiempo para compartir lo que tiene de la forma más generosa. Artistas que regalan su arte, jóvenes voluntarios que les hacen la compra a los mayores de su escalera, profesionales de la medicina, la psicología o cualquier otra rama que se ofrecen en las redes sociales para asesorar gratuitamente a quienes les angustie algo. Y el sentido del humor, que tanto ayuda y alivia ante la adversidad, y que encuentra caminos para el ingenio, más allá de los consabidos memes. Como esa comunidad sevillana en la que se juega al bingo a través del patio interior: qué ejemplo de sabiduría y gracia frente a este revés.

También en el lado de lo mejor, hoy, las autoridades y los servidores públicos y los trabajadores del sector privado cuyo rigor, trabajo y serenidad son necesarios para que el entramado que nos sostiene y ampara no se venga abajo. Desde los sanitarios que están en primera línea hasta la reponedora del supermercado; desde los presidentes, del gobierno y autonómicos, que aparcan sus diferencias y se reúnen, aunque sea por videoconferencia, y sacan un comunicado conjunto para dar un mensaje de cohesión a la ciudadanía, hasta los policías, guardias civiles, ertzainas, mossos d’Esquadra, policías locales y ya los primeros militares que patrullan las calles para advertir a despistados e inconscientes. Es verdad que hay una excepción, entre los presidentes autonómicos, pero de nuevo se trata de un pobre hombre desorientado al que la Historia ha dejado atrás, al que los hechos pondrán en su sitio y al que no hay que prestar mayor atención.

Y en fin, también en el lado de lo mejor, la música que suena para dar ánimos a quienes lo necesitan. Lo sabe el hombre desde la Antigüedad: ya cuenta Tucídides cómo los hoplitas espartanos cantaban antes de enfrentarse al combate, para subirse la moral. Al anochecer puse en el equipo de música de casa el Resistiré del Dúo Dinámico, convertido por aclamación popular en himno de la pandemia. Y la verdad es que funciona. Ya que tenía el teléfono móvil conectado al amplificador puse alguna otra canción, entre ellas una que suena en la banda sonora de la novela de Bevilacqua que terminé días atrás y cuyas pruebas de imprenta ahora repaso. El libro se titula El mal de Corcira —por inspiración de un pasaje de Tucídides, justamente— y narra entre otras cosas los años de Bevilacqua en el País Vasco, desde el 89 al 92. Estaba previsto que saliera el 19 de mayo, ya veremos qué acaba pasando. En todo caso el libro existe, la historia que cuenta explora las consecuencias de una guerra felizmente concluida, y en esa tentativa no se deja de escuchar la voz del bando contrario al de Bevilacqua. Es ahí donde entra la canción a la que me refería, que se titula Hemen gaude, la firma el grupo Ken Zazpi y habla de los que acabaron presos por defender con la violencia sus ideas nacionalistas y revolucionarias. Es una hermosa canción, y si uno la abstrae de ese contexto, sirve para explorar las emociones que a todos nos produce este confinamiento. En español el título significa Aquí estamos, y aquí hay una traducción de la letra completa que no es óptima, pero se acerca. Estamos presos, por culpa de un virus y quizá también de nuestros errores, pero si nuestro amor no está preso, tenemos esperanza.

Poco después cayó una tormenta de granizo sobre Illescas. Las mujeres de mi casa se encogieron un poco. A mi mujer le impresionan las tormentas, Judith me dijo que no podía conciliar el sueño, Núria, la pequeña, observaba el fenómeno con su acostumbrada curiosidad científica. Pienso mucho en estos días en los dos mayores, Laura y Pablo, que han quedado confinados con su madre. En mis padres, recluidos en su casa también. Estamos separados en el espacio, pero unidos en el empeño. O somos una familia, una comunidad, un ejército de soldados leales, o no seremos nada.

Actualidad, Diario de la alarma
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5 Comentarios
  1. José Alberto Sanz Alonso 16 marzo, 2020 a las 10:02 am Responder

    Esta prohibido que lleve a mi esposa al trabajo para evitarla contagio en el bus o tren que van a tope y permiten que vaya en taxi o Uber que no sabemos quién a estado dentro del coche ni si el conductor es positivo, dormimos juntos y en el coche solo vamos los dos EL MUNDO AL REVÉS, por favor Lorenzo con tu altavoz di algo de esta situación.

  2. Espero con ansiedad tu nuevo libro. Un cordial saludo.
    Un Guardia Civil.

    • El pobre hombre gestiona tan mal el dinero, si es que lo gestiona, que en los juzgados de toda Cataluña no hay ni un simple gel desinfectante .
      Pero resistiremos.
      Un saludo a todos

  3. He empezado a leer hoy tu diario, en el día 5 y he empezado desde el principio.

    Eres una ventana de esperanza. Gracias.

    Espero volver con Vila y Chamorro que hace tiempo que ya son parte de mi familia.

    Cuidate, cuida, cuidémosnos.

    Un.abrazo

    Sol

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