Doy la noticia con algo de retraso, por una buena razón, o eso creo. Hasta la semana pasada he estado sumergido casi por completo en la escritura de una nueva novela, que envié al editor hace unos pocos días y que verá la luz en mayo. Ya contaré más al respecto, pero no tiene nada que ver con todo lo anterior, y a la vez está conectada, porque uno, al final, sólo puede escribir con su mirada y con su instinto y esos permanecen, aunque evolucionen con el tiempo.
En fin, ahora que voy recuperando la posibilidad de ocuparme de otras cosas, aprovecho para anunciar que ya está en librerías la edición de bolsillo de La forja de una rebelde, la segunda novela de la inspectora Manuela Mauri. A sus dos autores nos hace mucha ilusión, porque sabemos que en ese formato los libros llegan más lejos, por ejemplo a manos de los lectores más jóvenes, a quienes esta historia, con protagonistas de su generación, interpela especialmente.
También celebramos que el libro esté disponible en un formato que nos reclamaba algún docente, justamente para poder recomendarlo a sus alumnos. Si esa feliz conexión llega a producirse, estaremos atentos: nos interesa mucho la lectura de los que conformarán el mañana y ya, aunque los mayores a veces no nos demos cuenta, están conformando el presente.
Que su rebeldía, natural e irrenunciable, les sirva, sobre todo, para construir algo mejor.
