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31 enero, 2024

La vida es otra cosa

Hay libros que uno va haciendo por el camino, sin terminar de entender muy bien lo que está haciendo. Uno tiene una idea, claro, incluso una suerte de designio; pero al irse acompasando a los tiempos esa idea y ese designio acaban conduciendo a algo que no esperaba.

Tal es el caso del libro que acaba de llega a las librerías, La vida es otra cosa. Recoge los dos últimos años y medio del proyecto vidas.zip, que mantuve en la web de elmundo.es desde 2009 hasta 2021. Los textos correspondientes a los diez primeros años ya los había recogido entes en Donde uno cae, que con sus mil páginas es el más monumental de mis libros. Este no es tan voluminoso, pero a cambio recoge un bienio singular. Entre 2019 y 2021 sucedieron muchas cosas, incluso podría decirse que en el bienio en cuestión entramos siendo unos y salimos siendo otros. Entre medias, una pandemia, pero en estas páginas no sólo se trata del virus, su zarpazo y sus consecuencias.

Están, sí, la irrupción de la enfermedad, las zozobras iniciales, las semanas del confinamiento, las tentativas de volver a la normalidad y el regreso a algo que se le parecía, aunque ya no volvería a serlo del todo. Pero no sólo eso. En 2019 había certezas que en 2021 ya no existían. En 2021 todos, el que más y el que menos, albergábamos en la cabeza y el corazón ideas y sentimientos que en 2019 no teníamos o manteníamos postergados o adormecidos. Y en cuanto a los hechos históricos del periodo, por citar sólo uno en 2019 en Kabul había un Gobierno prooccidental y en otoño de 2021 un emirato islámico dirigido por los talibanes, a quienes se había expulsado del poder veinte años antes.

Como consecuencia de todo esto, el libro es un viaje, semana a semana, por un tiempo de transformaciones, conmociones y tomas de conciencia. Desde la perspectiva de un individuo, claro está, que vale lo que vale y no más que eso. Lo que puedo asegurar es que traté de estar atento a lo que sucedía, y creo que el atestado que contiene este libro no resulta del todo inútil.

Así espero que lo valoren los lectores. Por cierto: el título se lo debo a uno de mis maestros, Juan Carlos Onetti. Es una frase de Tiempo de abrazar, una de sus primeras obras. Le debía ese homenaje.

Actualidad, vidas.zip
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